A diario podremos escuchar o leer el paradigma de muchos en referencia a lo malo que puede llegar a ser apasionarse por un juego de mesa, y en este caso un juego de casino. Por supuesto, esto va más allá del sentido que representan las apuestas y las consecuencias que muchas veces trae consigo.
Pero… ¿Es malo practicar el póker?
El ajedrez es un juego de mesa donde se coloca en práctica la agilidad cognoscitiva del ser humano, estrategias y acciones tácticas se ponen de manifiesto y es por ello que hoy queremos asemejarlo al póker, guardando las distancias en la que la sociedad los sitúa.
¿Has pensado todo lo que desencadena jugar póker?
El nivel de concentración es una virtud que se aprende a explotar, así mismo, la capacidad observadora hace de esta práctica algo muy provechoso para el jugador. En el desarrollo del mismo, la abstracción pasa a ser una cualidad para quien entiende que ser último y guardar lo mejor para el final, es ser perdedor. El cálculo y análisis de cada jugada, hacen del practicante un ser lleno de disciplina, tanto así que asumir derrotas se vuelve algo muy tranquilo.
Resumidamente, es notable entender que, si apartamos el aspecto económico del póker, esta disciplina o juego de mesa, podría ser una gran herramienta para desplegar un ser humano capaz de discernir y asumir responsabilidades, reconocer derrotas y ser estratega para el logro de los objetivos.